martes, 13 de octubre de 2015

El síndrome asociado al desempleo. Mª Victoria Dacosta Vázquez

Una cuestión muy relevante y que hasta el momento no hemos visto en profundidad es el impacto psicológico que produce el desempleo, considerado como uno de los eventos de vida más estresantes.


Tenemos que tener en cuenta que el desempleo tiene efectos en la relaciones familiares y sociales, además de los pensamientos y sentimientos que surgen en aquella persona que sufre esa situación.

Las creencias que el desempleado tiene a cerca de cómo es visto por los demás, o la forma en la que otros ven realmente a la persona sin empleo son factores que tienen una importancia enorme a la hora poder comprender porque se producen algunas dificultades que hacen que sea más complejo el ajuste emocional y social de este colectivo.

El lograr un empleo es una expectativa social y cultural adquirida desde que se es niño y que es reforzada continuamente en la escuela, la familia y los medios de comunicación. Cuando el individuo entra a formar parte del mundo laboral adquiere un nuevo status y una nueva identidad social. Si la falta de empleo irrumpe en este proceso colabora a generar una nueva experiencia de derrota y de fracaso.

La autora Marie Jahoda (1979) propuso un sistema para entender la situación que atraviesa el desempleado. Para ello distingue entre funciones manifiestas y funciones latentes del empleo. Entre las primeras se encontrarían el salario y las condiciones de trabajo y entre las segundas estarían las que justifican la motivación positiva hacia el empleo.

Entre las funciones latentes se encontrarían:
  • 1. El empleo impone una estructura del tiempo
  • 2. Implica regularmente experiencias compartidas y contactos con la gente fuera del núcleo familiar
  • 3. Vincula al individuo a metas y propósitos que rebasan el propio yo
  • 4. Proporciona un status social y clarifica la misma identidad personal
  • 5. Requiere una actividad habitual y cotidiana.


Tras la reflexión anterior podemos entender mejor la tensión que se puede llegar a producir en un alto número de individuos que no encuentran trabajo por primera vez o que ya habiendo tenido una actividad profesional se encuentran con una situación de desempleo.

Ser desempleado supone para muchos un atentado a ineludibles necesidades humanas, a no ser que se hayan elaborado formas alternativas de satisfacer dichas necesidades.
                                        
Diferentes autores al referirse a las consecuencias del desempleo hablan de pérdida de autoestima, de sentimientos de inseguridad y de fracaso, de una experiencia de degradación social, de vergüenza o sentimientos de culpa etc, todo lo que causa un cambio importante en el autoconcepto del individuo que justo se acentúa en situaciones como por ejemplo quedarse sin trabajo.

Cuando el individuo tiene un trabajo tiene que desarrollar una serie de conductas en las que utiliza sus propias capacidades y habilidades, y determinados instrumentos.

Ante la noticia de despido el individuo es consciente de estar atravesando una situación de "shock", y cuando llega realmente el desempleo es muy frecuente que durante un tiempo tenga la sensación y quiera aparecer ante los otros como quien está "en vacaciones". Esto supone que todavía no se identifica así mismo como desempleado.

Pero llega un momento en el que el individuo ya no puede seguir viendo su situación como unas vacaciones y es en ese momento cuando cobran especial relieve el resentimiento, los sentimientos de frustración, de inseguridad y de fracaso que necesariamente conducen a un déficit de autoestima, y a considerarse rechazado como inepto por el sistema económico.

En muchos casos el individuo reacciona con vergüenza e intenta ocultarlo, lo que al mismo tiempo le priva de posibles medidas de apoyo social, en especial ante la búsqueda de un nuevo empleo.


Este proceso de degradación viene favorecido por una serie de procedimientos burocráticos a lo que ha de someterse si quiere tener acceso a determinadas prestaciones todo lo que le puede llevar a considerarse como un ciudadano de segunda clase que tiene que admitir una cierta invasión de su intimidad.


Todas estas características deben de ser tenidas en cuenta a la hora de analizar el fenómeno del desempleo sobre todo cuando hay que planificar y llevar a cabo intervenciones a nivel social y comunitario. En la elaboración de programas de apoyo a la población desempleada, estimamos que debe tenerse especialmente en cuenta el mundo interno de estas personas.



Para saber más:

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